jueves, 26 de julio de 2012

SNIACE y su politica contaminante



Artículo extraido de ARCA sobre la empresa SNIACE

La mencionada empresa se ha caracterizado desde su creación por ser la empresa más contaminante de Cantabria.
No solo su existencia ha propiciado la desaparición de los bosques
autóctonos de la franja costera, y la seca de arroyos y fuentes debido al
alto consumo de agua de las plantaciones de eucaliptos, sino que el río
Saja-Besaya es un río muerto y envenenado aguas abajo del punto de
vertido de SNIACE.

Esta contaminación no solo se deja sentir en el mencionado río, sino
que se traslada diariamente a la zona marítima más inmediata,
contaminando la plataforma continental del Cantábrico en varios
kilómetros alrededor de la desembocadura del río, justo donde la flota
de bajura de Cantabria realiza la pesquería comercial.

Destaca además, que entre los contaminantes que esta empresa arroja
impunemente al medio acuático, se encuentran aparte de las lejias
bisulfiticas, los organoclorados derivados de la utilización del cloro para
el blanqueo de la pasta de papel y que son de los contaminantes más
peligrosos que existen, tanto por su resistencia a ser degradados como por su capacidad de acumulación en los tejidos animales.

Ante esta situación la Administración ha mirado para otro lado de forma
vergonzante, permitiendo y consintiendo una situación que ya dura más
de 60 años, estableciendo un canon para que SNIACE pueda seguir
contaminando cuyo cobro todavía ni siquiera se ha hecho efectivo.
Tampoco hay que olvidar el nuevo trato preferencial dado a SNIACE
para solucionar el problema de sus vertidos, pues el proyecto del
Saneamiento de la Cuenca Baja del Saja-Besaya contempla para esta
empresa la instalación de un colector de acero especial para uso
exclusivo, y permitiendo la conexión de este colector a la salida de la
depuradora de La Vuelta Ostrera, por lo que en el futuro los vertidos de
SNIACE serán enviados a alta mar sin la depuración necesaria.
Por otra parte SNIACE se ha convertido en el principal consumidor de
agua en la cuenca del río Saja-Besaya. Los datos son abrumadores, la
concesión de 1.500 litros/segundo supone que esta empresa por si sola
consume mucho más que la ciudad de Santander (900 litros/segundo).
Ni una sola gota de agua es reciclada y toda el agua consumida es
contaminada y vertida sin depuración alguna al río.

El consumo de agua es tan brutal que para evitar que el río no quede
seco aguas abajo del punto de captación, el Estado con fondos públicos
construyó en la década de los años ochenta del pasado siglo, el
bitrasvase Ebro-Besaya, el cual es mantenido desde entonces también
con fondos públicos, en flagrante actitud de violación de la libre
competencia y de discriminación al resto de las empresas que en esta
región existen. En este mismo sentido la Seguridad Social está
consintiendo deudas millonarias de SNIACE, lo cual es un trato
discriminatorio y ventajista frente a las pequeñas empresas a las que se
las exige de forma escrupulosa el cumplimiento de dichas obligaciones.
Por otra parte, no hay que olvidar la contaminación atmosférica que con
la que esta empresa viene “obsequiando” a los ciudadanos de esta
región y en especial a los de los alrededores de Torrelavega, cuya salud
no parece ser de “interés nacional”; o las ayudas complicadamente
encubiertas como la participación del Gobierno de Cantabria en el
llamado Plan de Viabilidad.

Fruto de este Plan se han aplazado sine die el cobro de los cánones de
contaminación, las deudas a la Seguridad Social y se han llevado a cabo
operaciones de especulación urbanística con los terrenos de la empresa
(cortadas de raíz tras la intervención de ARCA). Pero sin duda la estrella
y pieza clave de este Plan de Viabilidad es la construcción de una
central térmica de ciclo combinado en medio de Torrelavega.

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